domingo, 28 de octubre de 2012

La vita

"La simpleza es un ingrediente que no debe faltar en la receta de la felicidad" 

¿Soy la única que cree que en este mundo actual todo parece más complicado de lo que realmente es? Sinceramente no creo serlo. 
Este mundo de hoy en el que nos tocó vivir está socialmente "complicatizado". Al menos eso es lo que me demuestra la realidad cotidiana. 
Puede que sea por una cuestión histórica que viene afirmándose desde hace años; puede que sea por el sistema político (entiéndase el capitalismo) en el que estamos inmersos desde hace siglos... Puede que sea por muchas cosas o bien, por todas ellas. Pero ese no es el punto. El punto no es ni la política, ni la economía, ni la historia. El punto es, señores y señoras, el punto es qué hacer para vernos frente a frente con la felicidad y sentir que somos partícipes y no espectadores de ella. 

Muchas veces se me cruza por la mente la palabra "autómata" y éso, éso es lo que no quiero ser jamás. Piénsenlo por un momento. Hoy en día todos corremos el riesgo de ser autómatas y ni siquiera percatarnos de ello. ¡Terrible! 
Veo a la gente apurada todo el tiempo, estresada, con gestos de tristeza o preocupación en las caras... ¿Entienden por qué hablo de ser partícipes y no espectadores? Parecemos no ser los protagonistas de nuestra vida. Parecemos no ser los administradores de nuestro tiempo. Parecemos ser consumidos, en lugar de consumidores. 
Mi tiempo es mío. Cada uno tiene uno. Los ritmos los impongo yo. Cada uno tiene los suyos. ¿Y saben qué? Debemos serles fiel mierda carajo. Al fin y al cabo.. terminan teniendo razón. Esas vocecitas internas.. tan sabias ellas. 
Por eso gente, por eso es que a pesar de que las responsabilidades y obligaciones y todo lo demás me apuren, me "corran", paro y me veo a mi misma. Veo dónde estoy, quién soy y cómo estoy. Y si por alguna razón me desvié de mis pretensiones, de mis objetivos, re-direcciono. Como dice el GPS: "recalculando". Bueno, los invito a recalcular cada vez que se sientan inmersos en una masa amorfa sin fines concretos a la cual su individualidad no pertenece. No seamos pasivos al vivir, seamos activos. La pasividad puede arrastrarnos por caminos que no siempre son los que elegiríamos si pusiéramos voluntad al actuar.